Los cachorros viven en jaulas de pequeño tamaño, hacinados, mientras se les alimenta con el único objetivo de que engorden cuanto antes. También el transporte se hace en las peores condiciones, sin agua y sin comida. Muchos acaban heridos y con los huesos rotos antes de llegar al matadero, donde se sacrifican.
Tras todo ese proceso de maltrato, se venden en el mercado. También se vende carne de gato. Según Javier Moreno, portavoz de la organización Igualdad Animal, este tipo de comercio es alegal. Grupos mafiosos recogen animales en las calles, sin importar si tienen o no dueño. Algunos de los perros sacrificados han sido robados a familias.
En la investigación, se han recorrido varios mercados chinos: el de Tres Pájaros de Dali, en Nanhai, en el sureste; el mercado de animales exóticos de Wuhan, en el centro; y granjas de cría y engorde de perros de Jiaxiang y Jining, así como un matadero de perros de Zhanjiang, en el sur de China. La ONG quiere conseguir una prohibición del comercio de carne de perro y gato en China. Han participado activistas chinos y de otros países. Según Igualdad Animal, cada año matan por esta causa a más de 10 millones de perros y a cuatro millones de gatos.
Presión internacional para acabar con esta práctica
La carne es especialmente popular en el noreste del país y en algunas regiones del sur. El Gobierno de Pekín pidió a los restaurantes que no vendiesen esta carne durante los Juegos Olímpicos de 2008. Al acabar el evento deportivo, ya casi no quedan restaurantes que sirvan este tipo de platos.
Igualdad Animal ha recogido 192.000 firmas de apoyo. Cuando lleguen a las 200.000, las presentarán en las embajadas chinas de Alemania, España, Italia, Inglaterra, Estados Unidos y México.
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